Si ya has conseguido sacarte el carnet de conducor y tienes un coche al que aprecias, te damos unos pequeños consejos para ayudarte a alargar la vida de tu coche. Respetar las normas de circulación no lo es todo para que tu coche esté “sano” y funcione de manera óptima todo el tiempo que sea posible.

Pisa el embrague al arrancar

Este simple gesto protege la bateria porque hace que haya menos piezas de transmisión que mover. Al pisar el embrague del todo corta la transmisión y diractamente gira el motor y el volante de inercia. Si no pisas el embrague se mueven los engranajes de la caja de cambio y el disco de embrague.

No aceleres al arrancar

No pises el acelerador al arrancar, el sistema electrónico de inyección facilita la cantidad de carburante que se necesita. Si apretas el acelerador envias demasiado por lo que no no se quema y se mezcla con el aceite, empeorando sus propiedades; además desgastas de más las piezas del motor que aún están sin lubricar.

No apoyes tu pie en el embrague

Aunque parezca que no haces nada en realidad puedes desgastar el collarín de embrague por rozamiento. Es una costumbre que puede salirte muy cara. Si esta pieza se fastidia hay que cambiar el kit de embrague completo: plato de presión, disco de embrague y collarín.

No apoyes la mano en la palanca de cambio. Además de que puedes necesitar las dos manos al volante ante un imprevisto puedes provocar una avería. Hay un montón de engranajes y sistemas que transmiten fuerza al motor una pequeña presión continua sobre ellos puede desgastarlos. Puede terminar con piezas holgadas, marchas que cuesta meter o incluso puede llegar a romperse.

No llegues a la reserva

Si eres de los que siempre apuras provocas que la impurezas que se quedan al fondo del depósito lleguen al motor y causen daños en piezas muy caras si tienes que cambiarlas, como podría ser la bomba o los inyectores. Si se vacía el depósito del todo es recomendable hacer una limpieza completa del circuito.

Evita los bordillos

Al golpear las ruedas contra los bordillos o baches se desgastan los neumáticos. Un golpe fuerte puede modificar el reglaje de la suspensión, desequilibrar las ruedas, variar la dirección, provocar vibraciones en el volante y afectar a los rodamientos. Si tienes que pasar por un terreno bacheado o pasar pos badenes hazlo lo más despacio posible.

Frena de forma progresiva

Aprovecha el freno de motor y baja las marchas poco a poco, además pesa el pedal de freno poco a poco y no de forma brusca. Una conducción calmada y equilibrada sin frenazos evita que se sobrecargue el sistema y que se desgasten las pastillas y los discos de freno.

No gires el volante hasta el tope

Esto puede afectar a la dirección y la suspensión. Cuando gires deja un pequeño margen antes de llegar al final del todo.

Conduce tranquilamente

El estilo de conducción es un factor claro de desgaste del vehículo. Una conducción con muchos acelerones, frenadas y giros bruscos castiga todos los sistemas y aumenta el consumo de carburante.

Pon punto muerto cuando estés parado

Mantener el embrague pisado cuando estás detenido hace que desgastes el collarín de embrague y puede producir averías como las descritas anteriormente.

Fuente: DGT